El primer paso hacia la felicidad es aceptar que hay más de un camino.

Todos sueñan con conseguirla y mantenerla. Se han escrito miles de libros acerca de ella y sin embargo seguimos sin encontrarla. La felicidad es el bien más elevado que un ser humano puede proponerse alcanzar, no obstante, es un absurdo tratar de encontrar un receta perfecta aplicable a todo ser viviente.

Tenemos que agradecer a todos aquellos autores que hicieron un esfuerzo en compartirnos su camino hacia la felicidad mediante sus escritos, pero lo cierto es que esa receta mágica puede que sólo funcione para ellos.

No todos deseamos lo mismo, no todos estamos detrás de las mismas cosas y esto nos debe dar una pista de que el regalo de la felicidad puede tener la misma envoltura pero el contenido para cada quien es distinto.

Puede que para mí la felicidad signifique poder tener salud y tiempo para dedicarlo a mi familia y mis pasiones, sin embargo para otro pueda significar un viaje de auto-descubrimiento o de encontrar su propósito.

Existen infinitas opciones y caminos por los cuales encontrar la felicidad. Sin embargo, estamos equivocados al pensar que el objetivo principal es encontrarla: la felicidad consisten en apreciar el camino, no en llegar al destino. Se trata de aprovechar el momento presente, no importa la circunstancia.

Sería un desperdicio esperar el momento en que todo cambie para comenzar a ser feliz.

Así como existen infinitas tonalidades de color, del mismo modo nuestra alma puede experimentar múltiples formas de crecer y de auto-encontrarse. No tenemos que ser esto o aquello, o estar en un lugar o con una persona en específico para poder alcanzar nuestra total plenitud. El cambio y la transformación forman parte no sólo de la naturaleza, sino de nuestro ser. Con lo que ayer soñábamos despiertos, puede que hoy no nos llame tanto la atención.

La clave entonces está en aceptar las infinitas posibilidades que el universo nos ofrece de alcanzar la felicidad, no sólo de la forma en que teníamos contemplado, sino en maneras insospechadas que pueden incluso resultar mejor.

¡Un abrazo!

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