Espiritualidad vs religión.
- Karen Santana
- Oct 21, 2016
- 2 min read

¡Alerta! No leas este artículo si eres altamente sensible a los cuestionamientos de índole religiosa. Este contenido es sólo apto para personas con mente abierta.
Quiero compartirte mi experiencia sobre cómo ha sido mi proceso espiritual hasta el momento, las cosas que he aprendido y las que he dejado atrás.
La mayoría de personas de habla hispana, nacen en una familia en donde se les educa e insta a pertenecer a una religión determinada. Desde pequeños participamos en ritos que no conocemos, repetimos vez tras vez oraciones que no entendemos y seguimos corrientes religiosas cual si fuéramos ovejas, sin permitirnos ningún tipo de cuestionamiento.
Quiero aclarar que no hay nada de malo en pertenecer a una religión determinada, el peligro subyace en "estar por estar" o "porque mi familia está" al mismo tiempo que sentimos un vacío existencial aún cumpliendo a cabalidad con todo lo que manda nuestra religión.
Desde muy niña he sentido un fuerte deseo de conocer que hay más allá de lo místico y religioso, primero involucrándome en diferentes grupos y luego conociendo otras corrientes espirituales.
Ha sido más un proceso de aceptación más que de confusión, y a la larga, experimentar diferentes concepciones del mismo Dios, Universo, Luz o como quieras llamarle, sólo me ha servido para comprender que todos llegamos a la misma cima pero por diferentes caminos.
He dejado atrás todo aquello con lo que mi alma no vibra, en el sentido de que busco aquello que muy dentro de mi sé que está acorde con mi esencia.
He comprendido que ninguna religión es verdadera, la única verdad es la bondad y el amor, no acepto que nadie venga a mí con un rosario de verdades absolutas, queriendo imponer cual si fueran dioses, principios que nada tienen que ver con mi proceso y mi alma.
¿Rebeldía? ¡No creo! Más bien se trata de un sano respeto por mi misma.
Tu proceso espiritual puede ser largo o corto, lleno de dolor o de aprendizaje y lo que hace que vivas una de las las dos realidades, es la concepción que tengas de tu Dios.
Aquí el único pecado es no hacerte la pregunta.
¿Busco de verdad mi unión con la divinidad o lo hago por simple costumbre?
¿He convertido mi intimidad con el ser superior en una rutina carente de sentido?
¿Oro por orar y satisfacer mis propias necesidades u oro para conocer la intención del universo?
¿Tengo una relación con Dios por la ventaja que puedo sacar de ella?
¡Upss! Todos deberíamos contestar sinceramente estas preguntas.
¡Feliz Viernes de reflexión!
Komentáře