Haz del mejoramiento continuo tu herramienta más poderosa.

No importa qué tanto valor estemos agregando, siempre es posible dar más, ser mejores en aquello que hacemos. Pensar en el progreso, en cómo podemos dar más de nosotros es lo que nos genera superávit en nuestra cuenta en el banco universal.

¿Ya eres bueno en la tarea que te ocupa? Entonces tienes un terreno perfecto para utilizar tu creatividad en torno a expandir aún más tu creación. Toma lápiz y papel y escribe todas las ideas que lleguen a tu mente, trata de identificar aquellas que contribuyan a expandir tu arte, creatividad y talentos. Da de tu tiempo y energía de manera desinteresada, esto paradójicamente te convierte en un imán de bendiciones. Busca una persona menos afortunada que tú y patrocínala, dale de tu energía y ofrécele tu ayuda como mentor. Cuando el dar nos invita a salirnos de nuestra zona de confort, se convierte en un activador de grandes milagros, pero recuerda: hazlo sin esperar nada a cambio.

Conviértete en un sembrador empedernido, planta buenas semillas en todo momento y procura mejorar cada día tus palabras, emociones y pensamientos. Piensa sólo en progreso y visualiza todo lo que te ocurre (no importa qué) como parte de él. Imagínate como un instrumento activo de la mente de Dios, pon dicha intención en todo lo que hagas: pronto verás resultados inesperados.

Si estás pasando por alguna situación adversa, agradece, pues al igual como nuestros músculos necesitan tensión para fortalecerse, del mismo modo necesitamos pruebas que nos permitan desarrollar nuestras capacidades y nuestra creatividad para salir adelante.

Expande de igual modo tu conexión con la fuente, no te olvides que no es posible dar aquello que no tienes. Saca un espacio para tener tu conexión interior ya sea a través de la meditación, ejercicio o el arte. Permítele a tu alma encontrarte y abastece tus tanques de combustible, una vez hecho esto podrás dar más de ti de una manera sana y equilibrada. ¡Un abrazo!

#meditacion #habitos