El mapa no es el territorio.

¿Tienes los ojos tan puestos en el mapa que no viste la piedra en el camino y tropezaste con ella?

En muchas ocasiones nos pasa que nos encontramos súper entusiasmados después de asistir a una conferencia o de leer algún libro, comenzamos a planear y a construir un mapa mental que nos lleve a conseguir nuestros objetivos.

Sin embargo, es bueno recordar que mantener nuestra mirada fija en el mapa, puede provocar que nos perdamos. Suena a paradoja, pero es la verdad.

El mapa no es una muestra fiel del territorio, es más bien una herramienta para consultar si nos llegamos a sentir perdidos.

Vivir es algo así como andar en bicicleta, constantemente debemos estar pedaleando para mantener el equilibrio, y con los ojos puestos en el camino, y si en algún momento queremos "ubicarnos", hacemos una parada y consultamos nuestro mapa, GPS o como quieras llamarle.

¿Te imaginas que pedaleemos con los ojos puestos únicamente en el mapa?

Lo más probable que ocurra es que tropecemos con la primera piedra que se nos cruce en el camino, nuestra bicicleta se estropee y no podamos llegar a tiempo a nuestro destino.

Si eres de esos que tienen un plan de vida muy detallado, recuerda que ese plan no tiene porqué ser una copia fiel de la realidad: al contrario, la realidad te sirve para adaptarte, experimentar nuevas posibilidades y reajustar tu camino acorde a lo nuevo que has aprendido.

A mí en lo personal me gusta ser ágil ya que suelo cambiar muy rápido mi percepción de las cosas.

Muchas veces es bueno fluir en vez de tener un plan muy rígido; la vida misma es inesperada e inoportuna y lo más sabio que podemos hacer es echar un vistazo a nuestro alrededor, ver qué cosas en nuestra realidad entran en conflicto con nuestro plan y hacer los cambios de lugar en caso de que lo ameriten.

No se trata de ir con la corriente, sino de ajustar nuestras velas conforme la dirección en la que sople el viento y podernos impulsar utilizando la realidad a nuestro favor.

¡Un abrazo!